Bofin es una ambiciosa empresa emergente de tecnología financiera que conecta instituciones financieras y proveedores de servicios con usuarios finales.
Se trata del primer intento de crear un mercado en el que los grandes bancos entren en competencia y en el que los usuarios elijan los servicios que más les gusten. La usabilidad es un requisito esencial en el sector de las tecnologías financieras, por lo que, una vez establecido el marco para el backend, se pusieron en contacto con nosotros para empezar a trabajar en la experiencia de usuario de la aplicación móvil.
Cuando empezamos a trabajar juntos, Bofin había formado un equipo de más de 50 desarrolladores, todos ellos ocupados en superar los retos técnicos que planteaba un proyecto tan ambicioso.
Consultoría de estrategia digital
Arquitectura de la información
UX Design
Wireframing
Prototipos interactivos
UI Design
Garantía de calidad
Pruebas de usuario
Inicialmente, la startup quería una ejecución rápida de un MVP muy limitado que querían lanzar pronto. En esencia, sólo teníamos dos semanas para entregar una aplicación completa de servicios financieros. Una vez superado este obstáculo, nos incorporaron indefinidamente y empezamos a trabajar en sprints de diseño.
Sin embargo, el diseño de la aplicación iba muy por detrás del desarrollo. Trabajamos módulo a módulo, y cada sprint de diseño tenía un enfoque diferente. Trabajábamos en estrecha colaboración con el jefe de producto y estábamos en contacto diario para hacer frente a la extrema presión del tiempo. No había tiempo para reunir los requisitos necesarios. En unos dos meses, el diseño había alcanzado al desarrollo.
Esta fue una gran ocasión para estructurar más los procesos, y emprendimos un ejercicio iterativo para actualizar los workflows de desarrollo y diseño de productos. Esta estructura añadida mejoró la calidad de la aplicación.
La startup de tecnología financiera tenía un equipo de más de 50 desarrolladores y estaban sometidos a una presión constante para entregar más rápido. No es una vida fácil. Así que hicimos todo lo posible para ayudarles. Por ejemplo, adaptamos nuestros procesos a sus necesidades. También les ayudamos probando y preparando los activos tal y como les gustaban.
Cada tres semanas teníamos una sesión en la que ajustábamos el proceso para adaptarlo a sus necesidades. Una vez que tuvieron suficientes diseños sobre los que trabajar y dispusimos de algo de tiempo, preparamos una extensa guía de estilo y un sistema de diseño para agilizar el código.
Se tardó casi un año en crear todos los módulos que acabarían componiendo la aplicación y en implantar un sistema de diseño capaz de hacer frente al desarrollo a largo plazo del producto. Con una ruta de producto clara y una visión de diseño madura, llegó el momento de que Bofin incorporara a su equipo de diseño.
El hecho de que hubiéramos documentado ordenadamente todos los diseños y los hubiéramos organizado según la hoja de ruta del producto facilitó el traspaso. Les ofrecimos pleno apoyo durante la fase de transición y adoptaron la mayoría de nuestros procedimientos.
Cuando Bofin se puso en contacto con nosotros, tenía en mente un proyecto de dos semanas. Al ver nuestra entrega inicial, decidieron contratarnos plenamente para diseñar un producto que expresara su visión. Acabamos trabajando juntos durante casi un año, hasta que el diseño maduró y pudieron llevarlo a la empresa con seguridad.
A lo largo del proceso de diseño, un factor clave del éxito fue la estrecha integración entre los equipos. Como es habitual en cualquier startup, las prioridades y los retos evolucionaron constantemente, pero supimos adaptarnos y ser un pilar de estabilidad para la startup.
Primer MVP entregado en 2 semanas
Diseño para alfa entregado en 2 meses
Diseño para alfa entregado en 2 meses
Sistema de diseño completo para una visión a largo plazo
Ningún plazo incumplido en 12 meses